En el segundo capítulo vemos como don Quijote decide emprender un viaje
como caballero para ayudar y defender a las personas que le necesiten, tal y
como hacían los caballeros de las novelas de caballería que él leía. Coge sus
armas, monta en rocinante y comienza el viaje. Al caer la noche llega a una
venta, en este momento podemos comprobar el problema que causaron los libros de
caballería en don Quijote, como han captado tanto su atención que vive su
propia realidad inmerso en un mundo de ficción ya que confunde la venta con un
castillo, a dos mujeres con princesas, al ventero como el alcaide de la
fortaleza.
Esta forma que tiene don Quijote para abstraerse del mundo real y vivir en
el mundo de los caballeros andantes me recuerda a la infancia de muchos niños,
que mediante su imaginación crean sus propios mundos en los que son héroes que
intentan salvar el mundo.
Joaquín García Montalvo
¿Quién nunca se ha creado una propia historia donde él mismo ha sido el protagonista?
ResponderEliminarAl leer este capítulo, pensé justamente lo mismo que tú.
Ademas yo quiero añadir que Don Quijote a pesar de la edad que dice tener, para mi es un adulto en cuerpo de niño.
Me encanta que en un adulto siga habiendo el espíritu jovial, para poder llevar una vida tan alegre aún que como en este libro, algunas veces se le vaya de las manos.
Carmen Fuentes Moreno